EL MEDIO ORIENTE Y EL PETROLEO.
El Medio Oriente ha sido una de las regiones más convulsas del mundo en las últimas décadas. Es una de las regiones que a nivel mundial puede ser considerada de cultura milenaria. Dos factores esenciales lo han determinado: en primer lugar, implantación del Estado de Israel en 1948 en plena Palestina, punto de partida largo conflicto árabe-israelí; en segundo lugar, la gran riqueza petrolera que atesora su subsuelo y que ha despertado las apetencias monopolistas e imperialistas lo largo del siglo XX. En el valle de Mesopotámica, regado por los ríos Tigris y Éufrates, se asentó una añeja civilización que aportó a la humanidad la práctica de la agricultura; la región fue cuna de tres de las más importantes religiones monoteístas del mundo: la hebrea, la cristiana y la musulmana.
Estuvo sucesivamente dominada por los persas, griegos, judíos, romanos y otomanos o turcos. En los últimos cien años el Medio Oriente ha sido testigo de relevante acontecimientos cuya influencia ha tenido alcance universal.
Al término de la Primera Guerra Mundial los otomanos, que dominaban gran parte de la región y que fueron derrotados en la contienda, deben retirarse cumpliendo los acuerdos del Tratado de Paz de Versalles, pasando sus territorios a manos de Francia y Gran Bretaña.
Tras la Segunda Guerra Mundial las Naciones Unidas acuerdan por mayoría de votos la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, surgiendo en mayo de1948 el estado de Israel como un cuerpo extraño en una región predominantemente árabe-musulmana.
La prensa escrita, radial y televisiva los menciona con mucha frecuencia debido a los sucesos que en ellos se producen y a la terrible represión israelí contra sus habitantes. La riqueza petrolera del Medio Oriente ha sido un factor de singular peso a la hora de explicar el interés imperialista por ella. El carácter estratégico de ese recurso en el mundo contemporáneo y las enormes reservas que del mismo se encuentran en el subsuelo del Medio Oriente, la han situado en el centro del apetito de las principales potencias actuales.
El Medio Oriente, con sus siglos de complicada historia, su riqueza energética y los problemas heredados del pasado colonial, busca soluciones que hasta hoy han sido frenadas por el imperialismo y su principal aliado en la región: Israel. Una de ellas, sin dudas, es la relacionada con la definitiva creación del Estado Palestino, legítimo y soberano.
El subsuelo arábigo es muy rico en petróleo, importante mineral energético que yace en depósitos de rocas de la era Mesozoica. Su subsuelo es rico en variados minerales, aunque la mayoría de ellos han sido poco estudiados y apenas explotados, con la excepción del petróleo, del que Irán es uno de los principales países productores a nivel mundial.
Su relieve es llano y el subsuelo cuenta con enormes reservas de petróleo que yacen en las capas de sedimentos marinos del Mesozoico y Paleógeno, las cuales cubren el basamento de rocas cristalinas. La región en su conjunto posee más del 60 % de las reservas mundiales probadas de hidrocarburos, y que varios de sus países aparecen entre los más grandes productores.
En cuanto a la economía del Medio Oriente, de seguro ya supones que su principal exponente está representado por la producción de petróleo.
Este recurso abunda notablemente en el subsuelo de la región y como regla es de fácil extracción. Se trata además de petróleo de reconocida calidad -medios y ligeros-, que se comercializan a altos precios en el mercado internacional. La principal zona petrolera del Medio Oriente es el Golfo Pérsico, en cuyas márgenes se elevan cientos de torres de extracción e instalaciones para la refinación de crudos.
Varios puertos han sido debidamente acondicionados para el embarque del vital recurso energético, algunos de ellos capaces de recibir gigantescos súper tanqueros. Se destacan aquí las instalaciones de Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita, Bahréin, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario